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| Miguel A. García |
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| Capítulo 9 |
| CICLO CUARENTA Y CINCO —¡Por fin podemos tener un poco de tranquilidad! —Sí, comandante. La crisis ha pasado y nuestro mundo isla se ha restablecido completamente... Pero sería conveniente estar preparados para otra futura invasión, pues sabemos que los Survis van atacar de nuevo. Es cuestión de tiempo... —Lo sé, teniente... Pero empiezo a creer que tenía usted razón. —¿A qué se refiere, señor? —Pues a que es posible que nuestro amado Urantia esté predestinado a desaparecer en algún periodo futuro... Tenemos un gran Banco de Memoria que nos permitirá dar una respuesta muy rápida contra los Barias y los Survis, pero, como sabemos, cambian sus escudos en cada invasión. Como usted mismo me ha repetido muchas veces, es cierto que todos los informes indican que los sistemas del mundo se están debilitando cada vez más, y la respuesta del Systyn ante cada nuevo ataque ya no es tan rápida ni tan eficaz como lo era antaño. —Así es, comandante. —Según los filósofos, a los que en tan alta estima tiene usted, el mundo surgió de una celda singular, y después se produjo una expansión o crecimiento acelerado, y ahora nos enteramos de que, posiblemente, haya un final para Urantia... Todo esto me resulta un poco deprimente... —Pero, ¿por qué, señor? Nosotros no conocemos prácticamente nada del Universo exterior, pero estoy seguro de que el Mando Centralizado sabe mucho más de lo que nos imaginamos. Están en contacto continuo con los "protectores", y, por lo tanto, manejan parámetros que están fuera de nuestro pobre entendimiento... —¿Y de qué nos sirve, teniente? Durante mucho tiempo, yo me puse una venda para no ver la realidad, pero nuestro mundo isla, más pronto o más tarde, va a desaparecer. ¿Qué importancia tiene nada? —Se equivoca, señor. Nuestra existencia, aunque aparentemente no sea eterna, como pensábamos, forma parte del engranaje que mantiene conectados a los mundos isla. Creo, señor, que Urantia es un mundo más, uno de los muchos que debe de haber en el Universo, y que estamos aquí por algo... Todos formamos parte de un Todo, y seguimos los designios de un gran Plan. —¿Un plan? No le entiendo... ¿A qué se refiere? —Al Plan maestro del Protector... —¿Del Protector? Pero, teniente, si usted siempre me ha llevado la contraria respecto a ese tema... —Señor, sólo quise hacerle ver que las ayudas que recibimos continuamente del exterior provienen directamente de los "protectores"... Pero siempre he sido un creyente... Soy un firme defensor de la existencia del Protector. |
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