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| Miguel A. García |
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| Capítulo 6 |
| CICLO DIEZ —¿Otros mundos isla? Usted divaga, teniente. Los últimos acontecimientos le han trastornado... —Difiero de usted, señor. Permítame... —No le permito nada, teniente. Se está usted pasando de la raya... Los únicos "sensores" que existen, como usted los llama, son los detectores de calor inseminados por toda la periferia de Urantia y que nos informan de las variaciones periódicas de calor del Universo exterior. Gracias a esas variaciones contamos el tiempo en periodos. —Sí, señor, eso es cierto. Pero no es todo. Los Mensajeros nos han dicho, por ejemplo, que por los conductos de entrada del éter están penetrando continuamente desde el exterior ciertos entes portadores de información, la cual es descargada y canalizada por la red de ronas hasta el Mando Centralizado. Son como lecuas que provienen directamente del Universo. Y los ruidos no habituales, de procedencia desconocida, que a veces perturban los canales, no son sino sonidos de comunicación mutua con esos mundos paralelos. Allí arriba tienen mucha más actividad de la que nos quieren hacer creer... —¿Pretende usted decirme, teniente, que el Mando Centralizado nos está engañando a todos? —Comandante, no pienso eso ni mucho menos... Lo que quiero decir es que no nos lo cuentan todo, quizás porque no necesitemos saberlo. —Pero esa teoría de los mundos paralelos es absurda. ¿Acaso son esos supuestos mundos los que nos aportan los materiales para nuestro mantenimiento vital? —No lo sé, señor. Yo... —¡Espere! Están llegando Mensajeros... Algo ocurre... Recíbales y deme la información de inmediato... —Enseguida la transcribo, señor... Estoy en ello... —¿La tiene ya...? Y bien, ¿de qué se trata? —Algo muy grave, señor. Algunos sistemas críticos están empezando fallar... Nuestros ticuer son incapaces de frenar a los Narus... En algunos sectores parece que el colapso es inminente... A pesar de la entrada forzada del éter, nuestras naves de los canales no transportan el oxígeno suficiente para el correcto funcionamiento de algunas estructuras esenciales. Nuestros enemigos se están acercando incluso a la zona del Mando Centralizado... —No puede ser... Esto es terrible... Si esto sigue así, vamos a ser derrotados... —Espere, señor. Vienen más Mensajeros... —Adelante, teniente... Informe... —En los últimos instantes ha ocurrido un hecho portentoso, señor... Parece ser que hemos recibido del exterior un inmenso ejército de nuevos ticuer que son idénticos a los nuestros, exactamente iguales que los que liberan los citos Beta. Se están distribuyendo a través de los canales por todos los sistemas... Estamos librando una batalla épica nunca vista... —¿Cómo es posible que estén actuando tan rápido? —Es que no han pasado por los conductos de entrada del éter... Aunque parezca increíble, han penetrado directamente en la corriente de los canales, no se sabe cómo... —¿Directamente? No me explico de qué manera... —Me dicen que hace algún tiempo se produjo una pequeña rotura en el límite de nuestro mundo... Por esa grieta comenzó a entrar del exterior un fluido que se añadió al de nuestros canales... Ese fluido sigue entrando, pero ahora está repleto de nuevos ticuer que, desde luego, no son nuestros... —¿Y entonces esos nuevos ticuer son tan eficaces como los que liberan los citos Beta? —Comandante, me comunican que hay muchísimos restos de las capdas de las naves enemigas. Los mafagos están desbordados de trabajo, tratando de eliminar esos despojos, y también, tras el análisis de sus tiges, están enviando muchos datos a los citos Tita. Éstos también están redoblando sus esfuerzos de replicación... Me dicen que los sistemas cuyo funcionamiento estaba en peligro de colapso, están empezando claramente a recuperarse... Creen que, si la lucha sigue este curso, no quedarán daños residuales... —¿Y aún duda usted de la existencia del Protector y de su mano bienhechora? |
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