Miguel Ángel García » Niño del escaque 6
Miguel Ángel García
El niño del escaque
 
Miguel A. García
 
Capítulo 6
 
     El incidente del desvanecimiento del joven ajedrecista, reciente campeón provincial absoluto de ese deporte, saltó a los medios locales de comunicación. El "Diario de León" se hizo cargo de la noticia, remarcándola con un diagrama de la posición en que su contrincante se vio obligado a abandonar la partida.
     Los comentarios que hacía el periódico sobre el estado de salud del pequeño no eran muy halagüeños. Por lo visto, al hacerle una exploración mediante un TAC, los médicos habían descubierto que tenía un tumor en el cerebro, en una zona delicada que hacía bastante difícil su extracción. El nódulo, situado en la corteza frontal media, dentro de la llamada "red neuronal por defecto", le estaba oprimiendo parte del lóbulo frontal, lo cual parece ser que provocó su desmayo y hacía que, desde entonces, permaneciese en un estado de semiinconsciencia.
     Muchos eran los aficionados que, tomando algo en la cafetería donde habitualmente se reunían, estaban comentando el infortunio de este chico. Entre ellos se encontraban, bastante alicaídos, Santiago e Ismael. Periódico en mano, trataban de entender la jerga médica que leían en el rotativo, porque no podían creer lo que había pasado.
     —Un tumor en la cabeza... —pensó alguien en voz alta—. ¿Quién lo iba a imaginar?
     —También es mala suerte... —se lamentó otro.
     —Nosotros nunca observamos nada anormal en Edu... —expuso Ismael—. Nunca vimos que le pudiera estar pasando algo...
     —Ha sido muy de repente... Si hubiera dado síntomas antes...
     —¡Eh! No seáis cenizos... —protestó Santiago—, que no se va a morir... Aquí dice que la operación es delicada, no que no se pueda hacer...
     Tras un impasse de silencio, uno de los compañeros apuntó una idea extraña que sorprendió a todos:
     —¿Y si su capacidad se debe a ese tumor?
     —¿Cómo?
     —¿Qué quieres decir?
     —Pues eso... A lo mejor ese tumor ha activado más zonas de su cerebro, como la red neuronal esa...
     Santiago no podía dar crédito a lo que estaba oyendo:
     —¿Quieres decir que juega tan bien al ajedrez por culpa del tumor? ¿Que cuando se lo extirpen ya no podrá jugar como antes?
     —Bueno... Es una idea que se me acaba de ocurrir... Convendréis conmigo en que no es normal que un niño juegue así...
     —¡Me niego a creer eso! —refunfuñó Ismael—. No son más que tonterías...
     Nadie dijo nada más, pero la idea estaba lanzada, y todos estaban sopesando esa posibilidad, por rara que pareciese.
     De repente, alguien que hacía rato que estaba con el periódico en la mano, como ensimismado, exclamó:
     —¡No puede ser! Esto es totalmente increíble...
     —Estoy de acuerdo —corroboró otro aficionado—, parece mentira que un crío juegue así, pero, desde luego, no creo que sea por el tumor.
     —No, no me refiero a eso... Me refiero a la posición... El otro día no nos dimos cuenta, pero yo juraría que es la misma posición que jugó Harry Potter en su partida...
     —¿Qué? ¿Cómo dices? —preguntó otro ajedrecista que no sabía muy bien de qué hablaba.
     —He estado viendo "La piedra filosofal" con mi hijo, y después estuvimos analizando la partida de Harry Potter, y creo que la posición en la que abandonó "Franc" es la misma que aparece en el "ajedrez mágico" de la película.
     —¿De verdad? No me digas...
     Todos se quedaron mirando el diagrama del periódico como si estuvieran embobados.
     —Pero, ¿cómo es posible? —terció otro de los presentes—. ¿Qué probabilidades hay de que pueda ocurrir algo así?
     Alguien contestó en nombre de todos:
     —¿Después de tantas jugadas? Yo diría que entre cero a ninguna...
     —Tenemos que comprobar a ver si realmente es como tú dices... Si es así, sería la "releche"...
 
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