a) CATASTROFISTAS

Están relacionados con los neptunistas y se basan en sus creencias bíblicas.
CUVIER (XVIII-XIX) hizo progresar la Estratigrafía estudiando la anatomía comparada de los vertebrados fósiles (se le considera el fundador de la Anatomía Comparada). Estableció el “principio de correlacción de órganos”, según el cual cualquier animal tiene sus órganos adaptados a su tipo de alimentación.
Un alumno quiso gastar una broma a Cuvier en su dormitorio disfrazándose: “Soy el diablo y vengo a comerte”, a lo que Cuvier contestó: “Llevas cuernos y pezuñas, por tanto eres herbívoro así que no puedes comerme”.
No aceptaba el uniformitarismo. Aducía inundaciones y catástrofes periódicas o “revoluciones” (por ej., levantamientos bruscos de montañas) para explicar las desapariciones repentinas de faunas en las sucesiones estratigráficas y los fósiles hallados en los estratos de las montañas. Los estratos plegados e inclinados suponían un trastorno repentino. Largos periodos de tranquilidad se interrumpían de repente por una conmoción de la Tierra o por una inundación torrencial del mar.

El sistema catastrofista aplicado a la Paleontología dio lugar a la Teoría de las creaciones múltiples → cada catástrofe implicaba una extinción brusca y una nueva creación (no había reemplazamiento gradual).

En estas teorías, el direccionismo o progresión era imp.: la Tierra se había encogido al enfriarse (→ Tª de la manzana arrugada), causando la compresión de los estratos y el levantamiento de las montañas. La intensidad de estas fuerzas disminuía con el tiempo. El vulcanismo, por ej., había sido más intenso en épocas pretéritas, cuando la Tierra era más caliente.

Los diluvialistas (BUCKLAND, XIX) trataban de hacer concordar los hechos geológicos con los relativos bíblicos del Diluvio (universal, según probaban los fósiles de las montañas y los “bloques erráticos”, por ej.). Era imposible explicar el Diluvio con el uniformitarismo, cuyos agentes (actuales) son insignificantes.
Para el suizo Charles BONNET (1720-1793), la tierra había pasado tanto por “revoluciones” graduales como por “revoluciones” generales que habían cambiado enteram. la faz de la Tierra.
Según De LUC, los continentes actuales habían estado en el pasado en fondo del mar. Este fondo del “antiguo mar” había emergido debido a una catástrofe no muy antigua y que había ocasionado que el mar sumergiera los antiguos continentes. Pensaba que todo el globo había estado sumergido; la penetración del líquido en el int. de la Tierra hizo que cesaran las causas de los cambios, por lo que la superf. terrestre se encontraba en el presente en un estado estable. Fue entonces cuando comenzaron los fenómenos actuales (erosión de las aguas,...).
El ingeniero de minas Léonce Elie de BEAMONT (1798-1874), sucesor de Cuvier en la cátedra de Historia Natural, postuló una tª orogénica que ejerció una gran influencia en la Geología de mediados del XIX. Para él, las “revoluciones” violentas postuladas por el catastrofismo eran el resultado de levantamientos sucesivos de montañas. El motor de estos levantamientos era el enfriamiento secular de la Tierra, es decir, la pérdida del calor primigenio.

Durante gran parte del XIX, la tendencia general era armonizar los datos de las CC.NN. y los relativos bíblicos. Los geólogos bíblicos mantenían que sólo a partir de los relativos bíblicos podían explicarse las evidencias estratigráficas y paleontológicas y que tales interpretaciones debían ser el punto de partida para la emisión de las teorías geológicas pertinentes.
Los puntos a “concordar” eran:
- El diluvio universal.
- La edad de la Tierra y la duración de los 6 días de la Creación.
- La existencia de una progresión de la complejidad orgánica de las sp.

El inglés William BUCKLAN (1784-1856) fue un geología diluvista (Reliquiae diluvinae, 1823). Para él, los actuales continentes habían existido inmediatamente antes del diluvio. Creía que era imposible relacionar los fenómenos diluviales a alguna de las causas que operaban en el presente.

Respecto a la edad de la Tierra, la tª más aceptada admitía que los “días” de la Creación fueron periodos de duración indeterminada (por ej., los días no podían ser de 24 horas, ya que el sol no fue creado hasta el 4º día), lo cual permitía a los geólogos un amplio margen para poder explicar el aumento paulatino de la complejidad orgánica que parecía deducirse del proceso creador de dicho relato.
Había una armonía entre la flora y la fauna fósil y el terreno geológico donde se hallaban. De aquí se seguía que las sp debían conservar las mismas formas que cuando fueron creadas, o existir varias creaciones, donde unas sp dan lugar repentinamente a otras. Este fijismo de las sp se oponía a la transformación de unas sp en otras, de tal manera que la creación de cada tipo llevaba implícita su extinción cuando las condiciones se volvieran desfavorables.


b) UNIFORMITARISTAS (→ actualismo → “el presente es la llave del pasado”) (J. Hutton)

Con el uniformitarismo tb. se pueden llegar a catástrofes. Los ciclos terrestres se consideran asimétricos: inmensos periodos de tiempo de denudación unidos a levantamientos catastróficos. Sedimentos “diluviales” y aluviales aparecen fácilmente agrupados. Había pruebas de excavación “gradual” de valles. Se dieron cuenta de la fuerza de los ríos para cortar profundas gargantas (y no por el “maremoto” torrencial del diluvio).
Cuando se reconoció la importancia de las variaciones laterales de facies en un mismo horizonte estatigráfico (PRÉVOST), se planteraron dudas sobre el carácter radical de los cambios de medio que defendía CUVIER.
DARWIN, a pesar de la experiencia de un terremoto, se dio cuenta de que varios miles de sismos corrientes pueden ser la causa del levantamiento de las grandes cordilleras, en un lugar de ocurrir levantamientos paroxísmicos.

Jean Batipste de MONET, caballero de LAMARK (1744-1829) fue un precursor de la Tª de la evolución de DARWIN. Se le considera fundador de la Paleontología de Invertebrados. Incidía en la imp. de los fósiles para el conocimiento de la hª de la Tierra, así como el lento mov. de los mares que habían cubierto sucesivamente los continentes. Su tª implicaba una gran amplitud temporal, pero sin condiciones eternamente inmutables.

Jean Claude DELAMÉTHERIE (1743-1817) estableció la “tª fluvialista”, donde explicaba los cambios producidos en la superf. terrestre mediante op. lentas y continuas del mar. El mar se retiraba de los continentes para no volver. Las tierras antiguas estaban formadas por vastas cuencas marinas y lacustres atravesadas por corrientes de agua. Las capas sedimentarias correspondían a épocas de tranquilidad. Pero cuando las corrientes perturbaban esta tranquilidad era cuando aparecían organismos de naturaleza diferente mezclados en los mismos depósitos, llevados de los continentes por las corrientes. El encontrar fósiles marinos y continentales juntos no presuponía, pues, que los mares hubieran invadido los continentes. No había necesidad de recurrir a inundaciones periódicas para la alternancia de capas.

Constant PREVOST (1787-1856) era partidario del ”actualismo geológico”, sin descartar pequeñas catástrofes a escala humana. Su actualismo iba unido a un rechazo del progresionismo paleontológico, a través de cambios sucesivos, que sostenía el catastrofismo. Los org. actuales podrían haberse acomodado al medio ambiente en la Era Primaria, ya que no era muy distinto del actual.

Las concepciones uniformitarias de HUTTON fueron divulgadas posteriormente por PLAYFAIR, pero no empezaron a ser aceptadas mayoritariamente hasta la publicación de los Principles of Geology (1830) de Charles LYELL (1797-1875). Éste compartía la creeencia de Hutton de una relación entre los terremotos, la actividad volcánica y los levantamientos del terreno. Atacaba el concepto de una Tierra que se iba enfriando lentamente. Insiste en la amplitud del tiempo geológico para la eficacia de la actuación de los agentes actuales. No admitía fluctuaciones imp. o cambios de intensidad de los procesos geológicos (esta fue una de las críticas que se le han hecho).

Eduard SUESS (1831-1914) intenta hacer una síntesis entre actualismo y castrofismo, que intentaba explicar las orogenias. Acepta el actualismo pero no descarta fenómenos brucos modeladores de la corteza (por ej., acepta el diluvio, aunque para él no fue universal).
Para explicar las orogenias, todos los geólogos admitían la “tª de la contracción o de la manzana arrugada”. Para algunos, las montañas se debían al empuje vertical de las masas calientes del int. Para SUESS, el núcleo se contrae por enfriamiento, pero la corteza mantiene cte. su T, debido a la influencia del Sol; por ello, la corteza rígida debe adaptarse al menor volumen del núcleo, plegándose y rompiéndose; los fragmentos rotos caídos comprimían lateralmente a los que les rodeaban. Estas presiones laterales y tangenciales eran para la mayoría de los geólogos, las que habían dado origen a los continentes y a las montañas. Las cordilleras eran “arrugas” y fracturas de la corteza terrestre debidas a la adaptación de ésta a un núcleo int. que se iba contrayendo. El relieve del globo era el resultado de dos fuerzas tangenciales: la contracción del núcleo y la rigidez de la corteza.