Las hojas de encina presentan varias adaptaciones al ecosistema mediterráneo como la esclerofilia, que permite una autorregulación de la apertura de los estomas en función de la disponibilidad de agua, la presencia de espinas en el limbo de hojas accesibles a herbívoros (las hojas bajas), la presencia de pelos que forman una capa afieltrada en el envés, dificultando la transpiración, etc.
Hojas esclerófilas de encina |